Que se alcen las vocespara denunciar los oprobios
y las manos se unan
para detener el empeño
en ese abuso y ese atropello ignominioso.
Que se abran los ojos
ante la patraña y la farsa
de atrolondrados y enfermos
que circulan entre nosotros
llevando esa guadaña infame de dolor.
Eduquemos a nuestros hijos y jóvenes
prevengamos su seguridad
con leyes justas y castigos severos
para quienes sobrepasan límites
que es posible la convivencia
sobre la base de respeto.
Acabemos con licencias
que se confunden con la verdadera libertad.
Brindemos oportunidades
en sociedades con igualdad
y respeto a los derechos humanos.
Fortalezcamos nuestras debilidades
y entreguemos luz para combatir
las tinieblas del pensamiento
para ir a destinos sin desesperanza.
De que sirven el enojo
o la batalla dialéctica
contra esta lacra social.
Hay que enseñar, mostrar, sensibilizar,
educar en la disciplina a los niños
en valores éticos, morales, y humanos,
está ahí el potencial.
Un niño maltratado, carente,
sin amor ni consuelo,
será un adulto amargado, perverso,
y la sociedad su cruel madrastra.
Busquemos remediar los errores de la base
y eso es el futuro
los niños de hoy que serán el soporte del mañana.
Entreguemos las herramientas
válidas y efectivas
que canalicen emociones
como las Bellas Artes, la Música.
Apoyemos la creación,
esa sed que abrasa, para una vida feliz,
sana y fecunda en contemplación de la naturaleza.
Los tormentos del alma incitan a vergonzosas acciones
que lastiman , humillan, y hacen cegar la razón.
Procuremos que las sociedades vigoricen
sentimientos que suavicen el alma
y no la troquen en un endurecimiento cruel
del corazón lo que deriva en toda suerte de infortunios,
excesos, faltas de deber y afectos.
Aumentemos vías de oportunidades
y no la balumba barbarie
y vandalismo feroz e inicuo que se ve como natural.
Protejamos la Infancia.
Malu de Lujan
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